Generalmente todos los adolescentes que sufren de alguna discapacidad, llevan inmersos problemas tanto psicológicos como sociales.
Las familias que están involucradas en esta situación deben comprender la necesidad de proteger a sus hijos o hijas, considerando que tienen los mismos derechos que cualquier otro adolescente de su edad, sin desconocer que pueden enfrentar más dificultades para establecer relaciones sociales, debido a que lamentablemente suelen ser victimas del rechazo, incomprensión, discriminación y abusos.
En una época de la vida en la que el adolescente es muy sensible a la mirada de las demás personas y en la que el acento social está puesto en el atractivo físico, no resulta fácil sentirse bien en presencia de diferencias físicas muy evidentes.
- Deben ser queridos, amados y respetados.
- Jugar y formar parte de todas las actividades y proyectos en el hogar, teniendo en cuenta sus condiciones físicas y psicológicas.
- Conocer lo que se realiza en la comunidad, expresar sus ideas y opiniones.
- Derecho a estudiar, divertirse, a participar en algún deporte, expresiones artísticas y también a trabajar.
- Al amor y una vida sexual de acuerdo a sus posibilidades físicas.
Los padres y madres de hijos o hijas con problemas de salud crónica, o que de pronto la adquieren, tienen que adaptarse a todos los problemas que surgen y brindar todos los cuidados necesarios para proteger a estas personas con capacidades especiales.
RECUERDE:
Son seres muy frágiles que tienen que enfrentarse a muchas adversidades y que nadie está exento en algún momento de encontrarse en estas circunstancias. Es por esta razón que todos debemos aceptarlos como son, motivarlos y ayudarlos en todo lo que este a nuestro alcance, pues esto les servirá de estímulo para sobrellevar su delicada situación.